martes, 24 de junio de 2014

La Paz Perpetua

La paz perpetua de Juan Mayorga trata el tema de la violencia y del terrorismo desde una perspectiva completamente distinta, cuyo objetivo principal es que el lector reflexione sobre dichos asuntos. Para ello, el autor utiliza como protagonistas a tres perros: Odín, Enmanuel y John-John. Estos aparecen en escena sin que sepamos nada de ellos, pero poco a poco los iremos conociendo a través de sus propios comentarios y críticas.


Entre ellos dialogan y ponen de manifiesto ciertas cuestiones que cualquier persona ha pensado alguna vez. El hecho de que sean perros, hace que nos pongamos en su piel y nos replanteemos dichas preguntas desde cero, dándonos cuenta de la importancia que tienen. Somos muchos los que nos preguntamos ciertas incógnitas de las que no encontramos una certeza absoluta, como la siguiente:

ENMANUEL Detrás de esa puerta. ¿No oyes como un rezo? ¿No hay alguien rezando?
JOHN-JOHN Yo no oigo nada
ENMANUEL ¿Tú crees en  Dios?
JOHN-JOHN ¿?
ENMANUEL Si Casius te plantea el tema “Dios”, ¿has pensado qué contestar?

Como acabamos de ver, estos personajes muestran las mismas preocupaciones que las personas y, por tanto, los mismos defectos, como la competitividad, la violencia y la superioridad, entre otros. La superioridad o la figura de poder en esta obra está representada por el humano, pero sobre todo por Casius. Él es quien se comunica con el humano y el que manda sobre los perros, es decir, a quien deben obedecer. Esta situación no es difícil ya que, en gran medida, él encarna el tipo de vida que quieren seguir, sobre todo John-John:

JOHN-JOHN Yo le admiro a usted, señor. Quiero ser como usted.
CASIUS ¿Quiere ser como yo? ¿Me ha mirado bien, muchacho? (…) ¿Puede creer que un día fui una bola de pelo a la que acariciaban los niños? Hoy doy miedos a los niños.  Hoy yo mismo me doy miedo… (Silencio).

Aunque los temas de la violencia y de la competitividad no siempre están relacionados en la vida real, en esta obra parecen ir de la mano. Esa actitud la podemos ver perfectamente en el personaje de Odín, ya que es egoísta y solo pretende conseguir el beneficio propio. En lugar de superarse a sí mismo con el objetivo de que gane el mejor, prefiere sabotear a los demás y crear conflictos entre ellos para poder ser él quien destaque. Su carácter persuasivo tiene mayor efecto sobre John-John, porque Enmanuel se caracteriza por su firme pensamiento ético y moral.

ODÍN (…) ¿Qué te pide tu instinto?
JOHN-JOHN Matarlo.
ODÍN Quiero verlo a tus pies, con el cuello partido, desangrándose.
JOHN-JOHN Sí. ¡Sí!
ODÍN No te precipites. Cuando esté desprevenido, te lanzas sobre él como un relámpago.
JOHN-JOHN Como un relámpago.
ODÍN No olvides que es un perro listo. No dejes que te líe. Demuéstrale que tú eres más listo que él. Ahí vienen. Ya sabes, como un relámpago.


El personaje de Enmanuel es el que más llama la atención por ser diferente al resto, tiene un pensamiento distinto: Da las respuestas más coherentes y las que el lector espera que dé por ser el perro más sensato. Parece ser el elegido pero en su diálogo con el humano vemos la diferencia de principios y cuál será la trágica consecuencia de Enmanuel:

Humano (…) Pero la libertad tiene un precio. Ese precio lo pagamos nosotros, en nuestros corazones. Y lo seguiremos pagando hasta que llegue la paz. Al mundo y a nuestros corazones. Es nuestro sueño: la paz perpetua.
Hace una señal a John-John y a Odín, que van hacia la puerta B. (…) Atacan a Enmanuel.

Con la finalidad de relacionar el texto con la actualidad, sería recomendable citar un fragmento del mismo, en el que el autor hace una crítica a la sociedad a partir del personaje de John-John: 
Lección cuarenta y uno: “Una manifestación mal resulta / bien se convierte en revuelta”. Te enseñan a ser persuasivo, a que utilices la violencia como último recurso. Lección treinta y nueve: “Si sabes enseñar los dientes, / no precisas morder gentes”
Podríamos interpretar que las fuerzas de seguridad del estado saben la teoría de cómo actuar en dichas situaciones y cómo a veces no se lleva a la práctica.



Bibliografía: MAYRGA Juan, La paz perpetua, Introducción de Manuel Barrera Benítez, Ediciones. KRK A Escena, Oviedo 2009


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