En esta entrada analizaremos la relación entre Don Álvaro y Don Carlos (hermano de Leonor) y cómo averiguan la identidad del contrario. Los fragmentos que hemos utilizado pertenecen a la jornada III y principio de la siguiente, de la obra Don Álvaro y la fuerza del sino.
Don Álvaro y
Don Carlos se conocen en Veletri, cuando Don Álvaro le salva la vida al hermano
de su amada sin saber su verdadera identidad. Pues Don Carlos se presenta
como don Félix de Avendaña, porque formaba parte de la nobleza y no debía
combatir. En cuanto a Don Álvaro, se hace llamar don Fadrique de Herreros para
que no lo identifiquen por el asesinato del marqués de Calatrava.
Ambos
comienzan una amistad y en el momento que Don Álvaro es herido en una batalla,
Don Carlos le salva la vida. En sus momentos de delirio mientras el cirujano le
atiende, Don Carlos menciona el nombre de Calatrava, aunque sin hacer
referencia a su padre, Don Álvaro comienza a ponerse muy nervioso y dice:
¿Qué escucho? ¿Qué? ¡Santo cielo!
¡Ah!...
no, no de Calatrava:
jamás, jamás… ¡Dios eterno!
Don Álvaro
piensa que va a morir y quiere deshacerse de todo lo que le relacione con la
muerte del marqués de Calatrava y con la deshonra que ha hecho Leonor a su
familia. Por tanto, pide a su amigo don Félix (Don Carlos) que cuando fallezca,
queme unos sobres y enfatiza diciendo: “Sin
abrirlos, que en ellos hay un misterio impenetrable…”.
En ese
momento Don Carlos sospecha de su amigo, y empieza a relacionar la reacción
anterior, en referencia a Calatrava, con la incógnita de los sobres:
¿Y de Calatrava el nombre
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por qué así le horrorizó
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cuando pronunciarlo oyó?...
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¿Qué hallará en él que le asombre?
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¡Sabrá que está deshonrado!...
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Será un hidalgo andaluz...
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¡Cielos!...¡Qué rayo de luz
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sobre mí habéis derramado
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en este momento!...Sí.
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¿Podrá ser éste el traidor,
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de mi sangre deshonor,
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el que a buscar vine aquí.
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Después de
esta gran sospecha, se apresura a comprobar el contenido de la caja y se da
cuenta que no se equivocaba al pensar mal del herido:
¡Cielos!.. No... no me engañé,
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esta es mi hermana Leonor...
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¿Para qué prueba mayor?...
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Con la más clara encontré.
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Ya está todo averiguado:
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Don Álvaro es el herido.
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Don Carlos
averigua la verdadera identidad de Don Álvaro al ver el retrato de su hermana
en una de las cajas de este, y sin abrir los sobres tal como le pidió, Don
Carlos se da cuenta que don Fadrique es el traidor. Don Carlos, en vez de dejar
que muera, desea que se recupere para darle muerte él mismo. Don Carlos le hace
saber a su enemigo que conoce su identidad al decir: “Habéis recibido carta de don Álvaro el indiano?”. Y una vez que se
identifica como Don Carlos de Vargas, hijo del marqués de Calatrava, lo reta a
duelo.
La actitud
que muestra Don Carlos cuando conoce quién es Don Álvaro es de venganza, porque
quiere hacer justicia de la muerte de su padre y de la deshonra de la familia.
Don Carlos es capaz de guardar el secreto de su identidad y de la de Don
Álvaro, hasta que este se recupera totalmente. Don Carlos siente que la ofensa
que cometió Don Álvaro es tan grande como su impulso de venganza.
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